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  • Foto del escritorMargarita Garfias

VALIENTES: De como la maternidad se ha convertido en un acto de Valentía.



De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, la VALENTÍA se define como la "Acción material o inmaterial esforzada y vigorosa que parece exceder a las fuerzas naturales" y justamente eso es lo que hacemos millones de mamás a diario, lo que nos ha movido por miles de años no son solo los afectos, sino la VALENTÍA de maternar en una sociedad empeñada en no cuidar(nos) y un estado que se ha encargado de redactar en escritorios leyes que siguen excluyendo y discriminando a las mujeres para "protegernos" pero al final dejarnos sin derechos, que se ensaña especialmente con quienes  por edad, condición o situación de vida proveen cuidados más intensos, extensos o especializados a través de la maternidad: 


VALIENTES


Valiente la niña que fue abusada y que hoy se encuentra ejerciendo una maternidad no deseada por no tener derecho a decidir sobre su cuerpo. 


Valiente la mujer que en edad fértil recibe un "no tras otro" en su intento de conseguir empleo solo por el supuesto uso futuro de la "licencia de maternidad" 


Valiente la mujer que tiene que ocultar su embarazo con tal de  ser  contratada o no despedida porque está próxima a ser Madre.


Valiente la empleada que se ha quedado sin vacaciones, por intercambiar sus días para atender las citas y hospitalizaciones de su hija o hijo.


Valiente la compañera que ante la humillación y miradas crueles de sus pares, otra vez tiene que acercarse a su "superior" a pedir un permiso más para llevar a su hijo o hija a la atención médica que requiere con urgencia.


Valiente la jefa de familia que por falta de licencias y servicios del estado le han obligado a renunciar a su empleo por maternar a sus hijas e hijos.


Valiente la mujer que ha dejado las zapatillas y el portafolio, porque ahora vende comida y cosas por catálogo porque es lo que le permite conciliar sus tiempos para maternar a los suyos.


Valiente la mamá que con su hijo o hija enferma  tiene que salir de su hogar antes de las 5 de la mañana para llegar a alcanzar "ficha" para su cita en el hospital.


Valiente la mamá que tiene que convertirse en terapeuta ante la imposibilidad de tener la solvencia económica de pagar las terapias para su hija o hijo. 


Valiente la mamá que sale corriendo al hospital en la madrugada debido a una emergencia médica de su hija o hijo por la falta de atención médica oportuna.


Valiente la mamá que ha tenido que tragarse sus lágrimas al ver el deterioro de su hijo o hija con un diagnóstico crónico ante la falta de medicamentos.


Valiente la mamá que ha tenido que quedarse sin comer, para ajustar lo de los pasajes para llevar a su hija o hijo a su cita médica o a terapia. 


Valiente la mamá que aún con la espalda destrozada sube y baja escaleras con su hijo o hija en un brazo y la carriola o la silla de ruedas en el otro, para llegar a tiempo a donde tenga que llegar. 


Valiente la mamá que tiene que dejar a sus hijos solos, para atravesar la ciudad y cuidar o educar a los hijos de otra. 


Valiente la mamá que ha sido encarcelada por delitos simples, porque en el momento de delinquir para ella era más importante poner pan en la mesa, que no imaginó siquiera la pena que enfrentaría en prisión.


Valiente la mamá que se la pasa en juzgados, recordandole al juez el derecho que tienen sus hijas e hijos a la pensión alimenticia y que aún no han recibido.


Valiente la jefa de familia que con un salario mínimo tiene que pagar renta, luz, agua, pasajes, comida y los medicamentos que no le da el estado para que su hija o hijo no empeore.


Valiente la mujer que siendo adulta mayor, y con "achaques" de la edad, le ha tocado maternar a todas sus nietas y nietos porque no hay dinero que alcance para pagar guarderías.


Valiente la mamá que con pala en mano ha tenido que recorrer fosa trás fosa, buscando a su hija o hijo siempre con la esperanza  de no encontrarle allí y encontrarle viva.


Valiente la mamá que ha perdido a su hija o hijo desde el vientre y no le reconocen su derecho a vivir su duelo.


Valiente la mujer, que anhela maternar, pero por ser mujer con discapacidad se atreven a esterilizarla y a negarle la maternidad.


Valiente la mujer, que no quiere ser madre, y que pacientemente tiene que sonreír cada vez que le preguntan: ¿Para cuándo tienes pensado embarazarte? 


#LasMamásQueremos ¡Derechos, no flores!


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